By Este lunes 19 de mayo de 2025, el Senado de la República fue escenario de un hecho inédito: el abogado Carlos Velázquez de León, quien agredió física y verbalmente al senador Gerardo Fernández Noroña en septiembre de 2024 en una sala VIP del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), acudió a ofrecer una disculpa pública formal, tal como lo exige el protocolo institucional .
En el Salón de Protocolos de la Mesa Directiva, Velázquez de León leyó un mensaje en el que reconoció que sus acciones fueron “inaceptables” y procedieron de manera contraria a los valores que rigen su vida personal y profesional. “Usted, como persona y presidente de la Mesa Directiva del Senado, merece todo mi respeto”, enfatizó .
Por su parte, el legislador morenista aceptó la disculpa y expresó que el asunto quedaba cerrado con este acto. “Por supuesto que la acepto. A trabajar duro, sí, por el pueblo y por la paz, como debe ser”, declaró antes de retirarse sin estrechar la mano del abogado .
📌 Contexto del incidente
El altercado ocurrió el 20 de septiembre de 2024 en una zona exclusiva del AICM, donde el abogado insultó y golpeó a Noroña, incluso arrebatándole su teléfono celular cuando este trataba de grabar el momento. El senador presentó la denuncia correspondiente ante la Fiscalía General de la República y reclamó públicamente el respeto a la investidura legislativa .
💬 Reacciones encontradas
El gesto con tintes ceremoniales no estuvo exento de críticas. Desde el Partido Acción Nacional (PAN), la senadora Lilly Téllez calificó la disculpa como “ridícula, miserable y prepotente”, y señaló que Noroña buscaba “humillar a un ciudadano” . Asimismo, diputados panistas calificaron el acto como “una ceremonia obligatoria” y cuestionaron el uso del Senado para dirimir un conflicto personal .
🧭 Implicaciones institucionales
Este episodio marca un precedente: es la primera ocasión en que un ciudadano ofrece una disculpa pública en la sede del Senado por una agresión contra un legislador. Más allá de lo simbólico, la disculpa abre una reflexión sobre la autoridad, el respeto y el uso del aparato institucional para sancionar agresiones verbales y físicas.
El caso también reaviva el debate sobre la tolerancia a la violencia verbal contra figuras públicas y la frontera entre ejercicio de libertad de expresión y agresión. Mientras tanto, para Noroña representa la consolidación de su figura política como autoridad que no cede ante la ofensa y que exige reconocimiento institucional.
Fuentes:
- Aristegui Noticias
- El Financiero
- El Universal
- Infobae México
- Nación321
